La técnica de espectroscopia de infrarrojo es crítica para conocer en forma rápida y sencilla la composición, desde las materias primas (la leche cruda, por ejemplo) hasta el producto final obtenido, ya sea un queso, yogurt, crema, mantequilla, leche saborizada, etc. mediante la detección de bandas espectrales asociadas con los lípidos, proteínas y carbohidratos, principalmente la lactosa, por lo tanto es posible seguir la huella de estos compuestos esenciales en los productos lácteos en un proceso de producción industrial o artesanal.